Demagogia en el Euro caos: Podemos Pablemos

Por si faltara algo en el Euro caos llega la demagogia de Podemos, conocido como Pablemos, partido comunista bolivariano de España que consiguió algo más de un millón de votos en las elecciones del Parlamento Europeo de Mayo de 2014.

Su líder, de egolatría mal disimulada, es Pablo Iglesias Bis, conocido como Pablemos, el Egodiputado, después de que hiciera tal manifestación de culto al líder que puso su foto en la papeleta de voto, cuando lo que se votan son partidos que presentan unas listas de candidatos pero no a personas individualmente.

Un individuo que proclama que el faro de guía no debe ser Austria o Alemania, los países más ricos de la UE, sino que el faro de guía ha de ser la Venezuela comunista bolivariana de Chávez de la que dice ser un admirador por considerarla un ejemplo de democracia.

Es verdad que la creación del Euro fue un acto de demagogia pues algo tan experimental como que los países abandonen su moneda para adoptar otra que no controlan debió hacerse con mucha más lentitud y cuidado.

Cabe aducir que esa creación de la zona Euro fue impulsada en principio por un noble principio: formar unos Estados Unidos de Europa. Se creyó que la moneda única impulsaría el Estado Federal único.

Pero eso debió hacerse con Alemania, Austria y Holanda, por ejemplo, como prueba experimental para sacar conclusiones y asentar el sistema. Y después, ir ampliando la base poco a poco a medida que otros países estuvieran dispuestos a ceder su soberanía para integrarse en esos Estados Unidos de Europa.

Demagogia contagiosa: 

No hay nada más contagioso que la demagogia. Basta que alguien saque réditos electorales a base de truculencias populistas para que otros se contagien del método. En España ya fue bastante demagogo el socialista guerra civilista ZP y Pablemos es ahora su consecuencia extrapolada al límite, aunque en la demagogia no existe realmente límite.

El demagogo comunista populista apela a las emociones de la masa más ignorante o más desfavorecida. Se auto nombra portavoz del pueblo. El “pueblo” es una especie de plasma angelical amoroso que está sometido y esclavizado por la democracia formal representativa.

El demagogo comunista populista será la antorcha que guíe a esas masas esclavizadas por la democracia para destruír el sistema y convertirlo en una democracia “popular”, que es la verdadera.

Así que mientras en la UE y la zona Euro se acumulan problemas por la dificultad de competir con los mercados emergentes, entre otras cosas, surgen charlatanes como Pablemos (o Siryza en Grecia) que con viejas fórmulas del siglo XIX socialistas y comunistas pretenden resolver la cuestión con promesas que tienen los pies firmemente apoyados en el aire.

No importa que los socialistas bolivarianos hayan llevado a Venezuela a casi la quiebra a pesar de ser un país productor de petróleo y que su moneda se haya convertido en moneda basura que nadie quiere, sometida a continuas devaluaciones. Para los vendepeines de Pablemos es un ejemplo a seguir.

El demagogo vende su ideología política como si fuera un crecepelos milagroso. No importa que no crezca el pelo con su uso o que incluso te quedes calvo, la promesa es que es bueno y que en el futuro serás muy peludo. O sea, mañana, ese mañana que nunca llega y tan adorado por los procrastinadores y los vagos.

Pablemos usó astutamente los espacios televisivos que le blindaron cadenas de televisión en España de corte izquierdista, como la Sexta y Cuatro, invitándole a debates políticos donde se pudo explayar con promesas del reino de Jauja: sueldos para todos aunque no trabajen, jubilaciones tempranas, infiernos fiscales para empresas y particulares que tengan algún ahorro, acoso a las multinacionales, inmigración libre sin fronteras en España, ocupación de pisos por el sistema de patada en la puerta, libre posesión de armas entre la gente y un  etc de sandeces más.

Hasta alardea de sus hábitos de bajo consumo. Goza de un suculento sueldo (excesivo) de profesor universitario en la desprestigiada Escuela de Ciencias Políticas de la Complutense pero en realidad apenas gastaba en ropa y lo básico en cómida. Es sencillo. O sea, que si todos hicieran como él y no consumieran, el paro sería el doble aún de lo que es. 

El que estemos en un mundo globalizado en plena revolución tecnológica encabezada por Internet, con la salvaje competencia de los países emergentes, eso no parece que forme parte de sus preocupaciones. No apunta como se va a traer inversión y conocimiento al país si se asusta o amenaza a sus poseedores. 

En fin, estamos ante la demagogia nivel top de alguien que lo que parece que aspira es a destruir el sistema para sustituirlo por el caos total como ha sucedido con las revoluciones bolivarianas en Sudamérica. Es la degeneración de la democracia ya advertida por Aristóteles. 

Este tipo de individuos no se percatan de que la revolución que cambió el mundo fue la industrial y ahora lo está cambiando la tecnológica de la informática. Y que los que no se engancharon a su debido tiempo a la revolución industrial pagaron el pato durante mucho tiempo. Y lo mismo sucede ahora con la otra revolución globalizadora. 

Haría bien Pablemos y sus seguidores en estudiar un poco más de economía y tecnología, a ver si pueden aportar al progreso algo más que mensajes demagogos guerracivilistas del siglo XIX que sólo sirvieron para provocar guerras o arruinar países. La Europa del siglo XXI necesita sabios y no la aportación de iluminados faltos de conocimientos y sobrados de cada dura.