El abandono del
euro por parte de un país pueden ser tres modos. Uno de ellos es por expulsión, otro
a petición propia y finalmente, que el euro se suprima y cada mochuelo vuelva a
su olivo, o sea, a su moneda original previa. En el caso de España, sería la
peseta.
Curiosamente, cuando se formó
la moneda única, no se estableció un protocolo para expulsar del club a un país
y ni siquiera para que pudiera abandonar el club por propia voluntad. Veamos
los tres casos básicos a continuación:
1.-Expulsión de un país:
Si un Estado se negara a
cumplir reiteradamente las directrices tomadas en conjunto por la Eurozona, no
cabe duda de que al final habría que proceder a echarle del club porque de otro
modo, comprometería a todos los demás miembros, pudiendo llevarles a la ruina.
El país expulsado,
probablemente muy endeudado, tendría que operar en su antigua moneda o una
nueva que decida crear, pero muchas de esas deudas estarían en euros. Tanto si
hace frente a esas deudas como si decide no pagarlas, la ruina sería total para
el país expulsado, salvo que esa expulsión fuera controlada mediante algún plan
de ayuda de los demás miembros del Eurogrupo.
2.- País abandona por propia
voluntad
Un país puede decidir
abandonar el Eurogrupo por no verse capaz de hacer frente a las exigencias de
disciplina que supone pertenecer al club de la moneda única. O porque no quiere
seguir siendo el paganini de los derroches de otros países del club más
derrochones e incompetentes.
Si sale por ser un país
incapaz de seguir aguas a la disciplina del club, al volver a su antigua moneda
se encontraría en la ruina. Todos sabrían que había salido por incapaz y con ánimo
de tener una moneda propia para devaluar e imprimir a voluntad. La devaluación
de dicha moneda sería bruta. Tendría deudas en euros y se encontraría prácticamente
en la misma situación del primer caso contemplado antes del país expulsado por
negligente.
Si el país abandona porque
está harto de aguantar las incompetencias de otros, el caso es diferente. Sería
el caso de que Alemania o Austria abandonasen la moneda única, por ejemplo. El
golpe sería en tal caso para el euro y el resto de países que continuasen en el
club. Quedaría en evidencia que son un hatajo de negados y la moneda única
despertaría poca confianza una vez han abandonado los países “serios”.
3.-El euro desaparece:
La moneda única podría
desaparecer por acuerdo entre los miembros que deciden regresar cada uno a la
nueva moneda. Tendría que trazarse un protocolo de vuelta al origen para
desandar lo andado. Una vez cada país en su moneda, estas fluctuarían entre sí
y según la situación económica y endeudamiento de cada uno, unas se devaluarían
frente a otras.
Ahora bien, si el euro
desaparece por que revienta de mala manera, por que la situación se va de las
manos y se origina un sálvese el que pueda, entonces será el Eurocaos y el pánico.
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