Otra muestra del descontrol
que reinó en la zona Euro es la burbuja inmobiliaria en Holanda, que publica el
diario alemán Der Spiegel el 2 de Abril de 2013. Parece ser que los bancos
concedieron alegremente hipotecas sin los debidos controles de seguridad basándose
en que las viviendas siempre subían. El resultado es un endeudamiento privado
de los holandeses por valor del 250% del PIB.
Por lo visto, gran número de
hipotecas eran en un régimen especial por el cual el que se endeudaba, pagaba
los intereses mensualmente como si fuera un alquiler y no tenía una obligación
precisa de devolver el capital. Podía usar el piso años, venderlo después por
un precio superior al de compra y devolver el capital prestado al banco.
Pero ahora muchas viviendas
han comenzado a bajar de precio, al venderlas no se saca suficiente para pagar
el préstamo del banco y el que tomó el préstamo queda con una deuda por saldar
con la entidad financiera.
Parece que en muchos casos
se daban créditos por encima del valor de tasación de la vivienda. Así se tenía
dinero extra prestado para cambiar el coche o irse de vacaciones. El
estancamiento o caída del precio de los pisos agrava el problema de esos préstamos.
El Estado fomentaba la
práctica al permitir desgravar en la declaración de la renta hasta más del 50%
de los intereses pagados por el préstamo hipotecario.
La primera consecuencia es
que los bancos holandeses han pasado a una fase de restricción del crédito. Ello
conlleva un perjuicio para la economía productiva y puede provocar una recesión
económica. El paro en Holanda en Marzo de 2013 no llega al 8% pero muestra índices
de aumentar, lo que es preocupante.
La enseñanza es que no sólo
en Irlanda o España se permitió la imparable subida del precio de la vivienda
en base a créditos abundantes e irresponsables. En Holanda también se cocía
otra burbuja. Ni el BCE ni los bancos centrales de esos países movieron ficha
para cortar el desmadre de préstamos.
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