Cabe considerar al nacionalismo catalán como una aportación más al Eurocaos. Cataluña es una región de España con dos
partidos predominantes, CIU y ERC, que promueven la independencia del resto del
país y que han hecho de su lengua regional, el catalán, su bandera de combate. Pero
lo asombroso es que Cataluña es una región muy industrial y comercial que tiene
su principal mercado en el resto de España. No se conoce el caso de alguien que
quiera independizarse de su principal mercado.
Cataluña vende al resto de
España en 2012 unos cincuenta mil millones de euros más de los que compra allí.
Y los bancos afincados en esa región tienen oficinas por todo el territorio
español estimándose que captan fuera de la región catalana entre los ahorradores
españoles unos trescientos mil millones de euros. Y con ese dinero, hacen préstamos
a empresas afincadas en Cataluña.
Se ignora si los líderes de
CIU y ERC que propugnan la independencia han analizado tales hechos. En el
momento en que los españoles se creyeran que lo de la independencia va a
producirse, cabe pensar que retirarían el dinero de los bancos con sede en
Cataluña, tal que La Caixa, llevándoles posiblemente a la quiebra.
Deslocalización de multinacionales:
Muchas empresas afincadas en
Cataluña no son catalanas propiamente, sino que son multinacionales. Algunas
podrían optar por cambiar la ubicación de la sede a otra zona española o acabar
por trasladar las instalaciones si creen que fabricar en esa región dificultarian
sus ventas en el resto de España. No sería de extrañar por ejemplo que los
españoles dejaran de comprar coches SEAT, fabricados en Barcelona, poniendo a
esa fábrica en una posición difícil.
Es verdad que muchas
empresas afincadas en Cataluña exportan mucho fuera de España pero ese nivel de
exportación difícilmente podría mantenerse si pierden el mercado del resto de
España. Las unidades producidas serían menos y los costes por unidad se
incrementarían sensiblemente.
Moneda catalana:
Todo este galimatías que expongo
que se produciría con la independencia catalana no contempla otros aspectos
como que supondría la salida de esa región de la UE y del Euro, ya que ambos
organismos son alianzas firmadas entre Estados. Cataluña tendría que iniciar un
proceso de ingreso, probablemente con la oposición de España y de otros países
con tensiones nacionalistas internas. Lo curioso es que ni CIU ni ERC, que en 2013 han incrementado su presión en pro de la independencia, hablan de cual sería su nueva moneda.
Corrupción y huída hacia adelante:
A este respecto, llama la atención que un
partido de centro derecha como CIU forme en línea y gobierne con ERC, que es de
corte radical de izquierdas. Es fácil imaginar la desazón que entre muchos
votantes de CIU puede provocar tal coexistencia con un partido del cariz de
ERC. La opinión de muchos analistas en España es que ERC está buitreando a CIU
debido a la mala cabeza del dirigente de CIU, Artur Más, que acosado por casos
de corrupción en su partido, optó en 2013 por embestir con la propuesta de
independencia en una huída hacia delante.
Conclusión:
Finalmente, otro aspecto
sería ver si esa independencia se limitaría a provocar daños económicos o si
desataría reacciones emocionales en sectores del resto de España que pudieran
dar lugar a una contestación de deriva insospechada. Los nacionalistas juegan
con las emociones de la gente que les vota pero no parecen preocuparles que
llegado a cierto punto, esas emociones se desborden por todas partes.
Sea como sea, ese conflicto
es un escollo más en el camino de la recuperación de España y de rebote, de la
recuperación de la zona Euro. Porque en el club de la moneda única, los
disparates de un país o una región, los pagan todos, de una forma o de otra.
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