Sonámbulos del Euro

Lo que en este blog consideramos zombis endeudados vivientes es definido en la portada de The Economist como los sonámbulos del Euro. En la portada puede verse a los principales dirigentes políticos de la moneda única caminando hacia un precipicio. Una de las posibilidades que baraja la revista económica es que la zona Euro se acabe rompiendo.

En el artículo consideran que en 2013 se ha entrado en un periodo de inactividad sin avanzar claramente hacia la consolidación de la moneda. Hay calma en el Eurogrupo pero estiman que eso es más decadencia que nada. No es que se hayan superado los graves problemas existentes, es que se han dormido. Los líderes políticos están aletargados como si el mero paso del tiempo fuera a aportar soluciones.

The Economist expone que los bancos siguen dependiendo de los gobiernos para su recapitalización cuando es necesario al tiempo que siguen comprando deuda pública y ello establece un lazo de conexión muy peligroso entre la banca y los gobiernos. La Unión Bancaria debería establecerse para acabar con esa situación.

Otra propuesta es que haya un mercado único de servicios en toda la Eurozona y que los países más boyantes como Alemania y Austria, por ejemplo, impulsen inversiones en los países PIGS.

En realidad, en 2013 todo se ha estancado mucho debido a las elecciones alemanas en septiembre de dicho año. Pero no está claro que Alemania quiera liderar el proceso de recuperación de la Eurozona y mucho menos poner dinero para ello. Y Francia, con el gobierno socialista de Hollande, ha de resolver sus propios problemas de exceso de gasto de las Administraciones, con lo que tampoco será un impulsor de la economía.

The Economist llama la atención especialmente sobre el hecho de que el club de la moneda única no es algo cohesionado. Corre el peligro de entrar en una recesión prolongada en el tiempo, tal como le pasó a Japón. Pero Japón tenía un idioma común y una cohesión como país de la que carece la zona Euro. En los países integrantes de la moneda única se puede producir un cabreo popular generalizado por el deterioro de la situación.