Euro: Estados sin decisión

En el Euro debería haber Estados sin poder de decisión: aquellos con determinados parámetros macroeconómicos fuera de límites. El Euro agrupa en 2013 a diecisiete Estados europeos. En unas declaraciones, el Ministro Alemán de Economía sacó a relucir este tema de la capacidad de decidir que es un tema clave: un país que no tiene un adecuado control de sus finanzas no debería poder tomar decisiones que afecten a las finanzas de otros países del club de la moneda única.

Esa debió de ser una de las claúsulas que debieron formar parte de la constitución de la Zona Euro. El club se formó de manera un tanto alocada sin que se establecieran adecuadas normas de comportamiento de manera que cada cual no hiciera de su capa un sayo.

Una moneda única para países de estructuras económicas diferentes exige una disciplina a los países que la adopten. Cuando un país renuncia a su moneda y adopta una moneda que no puede imprimir unilateralmente, ha de aceptar que está perdiendo la principal herramienta de soberanía y adaptarse a las exigencias del club.

Y ese club ha de tener unas normas mínimas de comportamiento de manera que los que las sobrepasen no puedan interferir en la toma de decisiones. Es algo así como decirle a un Estado que si ha sido ineficiente y desastroso no puede decir a los que han sido más diligentes que es lo que tienen o no tienen que hacer. No recuperaría su poder de decisión hasta que corrigiera sus desajustes. Y si se negara a tomar medidas correctoras, es evidente que debería abandonar el Euro.