Una de las lacras de la
política actual son los políticos convertidos en funcionarios del partido.
Existen por toda la zona Euro pero en España es una plaga. Sin apenas
experiencia empresarial o laboral medran por los pasillos de esas
organizaciones y siguen en ellas hasta que se jubilan.
La andadura de muchos
comienza cuando se apuntan a las juventudes de un partido en cuestión a
temprana edad. Otros son introducidos por otros militantes veteranos que son
familiares y amigos. Así, los partidos políticos se convierten en empresas de
colocación de paniaguados.
Dado el bajo nivel general,
los que medran son cada vez los más incompetentes o ignorantes. El partido es
su pesebre y está por encima de todas las cosas. Su lema es que con las cosas
de comer no se juega. El único objetivo es conseguir votos recurriendo a
populismos y simplezas que son oídas por gusto por las masas.
Con escasos conocimientos en
economía y tecnología, son capaces de los mayores atrevimientos y desmanes. La
osadía de la ignorancia y la necesidad de hacerse notar les lleva a propuestas
demagógicas alejadas de la realidad del mundo globalizado en que viven.
La corrupción es para esos
políticos una oportunidad cuando son nombrados para un cargo público donde se
maneje cierto nivel de presupuesto. Es la ocasión de engordar su patrimonio de
forma rápida. Una de las maneras más socorridas es recibir comisiones de las
empresas a las que adjudican contratos públicos. Otra forma es llevarse el
dinero directamente por procedimientos turbios.
Dar contratos públicos a
familiares o amigotes o colocar en puestos públicos o en empresas relevantes
que contratan con la Administración a esos familiares y amigotes es de lo más
habitual. Buscarse ellos mismos un puesto en una gran empresa para cuando cese
en el cargo político es otra vía corrupta de medrar.
Con toda esa morralla de
gente incrustada en los partidos políticos es muy difícil que la incompetencia
y la corrupción puedan ser combatidas. No se observa en el Eurocaos un impulso
notorio para combatir la corruptocracia que impera por doquier.
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