El socialismo y el comunismo son doctrinas políticas colectivizadoras especializadas
en la ruina de los países desde 1917, año del triunfo de la revolución
soviética en Rusia.
No hay ningún país del mundo donde hayan tomado el poder que no hayan
conducido a la depresión o incluso la quiebra. Y en otros muchos donde no han tomado el poder pero
disponen de partidos políticos con fuerza significativa, son como arena en el
engranaje.
Son ideologías surgidas en el siglo XIX, en las zonas de Europa que
estaban cambiando su estructura económica del campo a la industria. Ello
produjo grandes desajustes con migraciones de agricultores a las ciudades.
Esas distorsiones de la revolución industrial producida por la máquina
de vapor fueron aprovechadas por los seguidores de las doctrinas económicas de
Marx y otros socialistas para poner ne marcha agitaciones y revoluciones.
En base a las críticas al capitalismo, que tiene graves defectos, los
socialistas y comunistas ganan adeptos entre las clases más populares y con
menos conocimientos de economía y tecnología, proponiendo supuestas soluciones que como dijo Boris Yeltsin, tienen los pies en el aire.
Socialismo y demagogia
Tocan una música demagógica que suena bien a oídos de mucha gente que no
comprende que lo único que hacen los socialistas y comunistas es sustituír lo
que es el capitalismo privado por el estatal.
El capitalismo es algo inevitable: hay que reunir capital, en forma de máquinas,
edificios y conocimiento para emprender cualquier tarea de producción masiva de
bienes.
El capital puede reunirse por aportación del ahorro privado de personas
que actúan como inversores o bien por aportación de dinero estatal. Pero no hay
nada peor que un Estado empresario.
En el Estado empresario las empresas públicas comienzan a llenarse de
paniaguados políticos y se convierten en centros ineficaces y finalmente
obsoletos.
Más en un mundo tecnológico donde el conocimiento adquiere cada vez más
importancia. Los partidos socialistas y comunistas suelen estar dirigidos por
personas con escasos conocimientos de economía y tecnología. Su principal arma
es la demagogia.
No importa que llevaran a la ruina a la URSS, o a los países del Este de
Europa ocupados por la URSS, o a Cuba, o Vietnam del Norte, o Corea del Norte,
o Venezuela, por citar algunos más conocidos. Siempre hay oídos de gente
ignorante para comprar la mercancía averiada y trasnochada que venden los
propagandistas del socialismo y del comunismo.
Uno de los problemas que tienen esas ideologías colectivizadoras es que
van contra la propia naturaleza humana y pretenden imponer a la colectividad
sobre el individuo, como si estuvieramos en la época de los faraones o algo
así.
Se nutren del voto o seguimiento de los fracasados, envidiosos y
rencorosos, siempre dispuestos a echar la culpa de sus males a alguien menos a
ellos mismos. No aceptan la realidad que tan bien describe el refrán: "Si naces pobre y. feo tienes grandes posibilidades de que con el tiempo se acentúen ambas condiciones". O sea, que tendrían que empezar por echar la culpa a sus padres.
Colectivizar a la fuerza
En realidad nadie impide en los países democráticos que el que quiera
pueda juntarse con otros y vivir en colectividad compartiendo todo tipo de
bienes. Pero pocos optan por esa vía. Lo cual ya levanta la sospecha de que la
gente no está por incorporarse a un hormiguero.
Pero el socialismo y el comunismo insiste en volver a tomar el poder allí
donde pueda e implantar a la fuerza una colectivización que la gente no adopta
por propia voluntad.
Así, los países con gobiernos socialistas o comunistas o con alto
porcentaje de población que vota a esos partidos, se encuentran con que los
inversiones y empresas más dinámicas y creadoras de riqueza se van de allí o no
acuden a invertir.
Socialismo y comunismo en España
Es significativo un fenómeno que suele suceder. En España, por ejemplo,
el socialismo, partido PSOE, gobernó recientemente
desde 2004 hasta 2011, dejando al país en una crisis económica sin precedentes
en los tiempos modernos.
En 2011 ganó las elecciones el PP, un partido de centro derecha aunque
más bien socialdemócrata, que tomó algunas medidas para intentar corregir el
desastre en que se había hundido España.
En las elecciones al parlamento Europeo de 2014, tanto PP como PSOE
bajaron en porcentaje de votos y subieron partidos de izquierda como IU,
Podemos, UPD y Bildu, por citar los más significativos, alineados con el
socialismo y comunismo.
O sea, mucha gente en España, sin percatarse que el socialismo del PSOE
había llevado al país a la ruina y que las medidas socialdemócratas del PP no
eran adecuadas para una rápida recuperación, decide pasarse aún más a la
izquierda. De una forma demencial creen que más de lo erróneo es mejor.
Por si no bastara, en las elecciones al parlamento europeo de Mayo de 2014 surge otro partido comunista cuya demagogia ya no tiene límites y saca cinco eurodiputados, el llamado Podemos que se nutre de radicales a los que los delirios socialistas y comunistas tradicionales no les parece bastante.
Izquierda y fracaso
Si se analiza la historia reciente, puede observarse como los países que
caen en el ámbito de la izquierda o tienen una gran base de votantes de
izquierda, no levantan cabeza cuando no se hunden en la miseria.
No se pueden aplicar recetas vetustas ideadas para problemas del siglo
XIX en el siglo XXI cuando se está produciendo una revolución tecnológica y una
globalización brutal.
Las recetas socialistas y comunistas ya fracasaron en el siglo XX porque
ya entonces eran erróneas. Muchos países están sufriendo aún ahora, en 2014,
las consecuencias de esas políticas que los dejaron arrasados.
Rumania, Bulgaria, Hungría, etc, por hablar de centro Europa, están
saliendo de una ruina enorme. Otros como Cuba o Corea del Norte, aún están
prácticamente en la miseria. Y Venezuela así como otros países de Sudamerica
siguen empecinados en caminar hacia el abismo con el rollo del bolivarismo
socialista.
Resumen:
Lo que ha provocado el progreso ha sido el empirismo científico. Gracias
al conocimiento se ha podido ir consiguiendo mejoras tecnológicas que han
ayudado a sacar al hombre del primitivo estado de necesidad en que siempre se
encontró.
No han sido las ideologías políticas ni las religiones las que han
producido el progreso: sólo han producido guerras y violencia. Ha sido a pesar
de ellas como el empirismo científico se ha ido abriendo paso logrando que hoy
haya en el mundo más gente libre con acceso al conocimiento que nunca.
Los sistemas del capitalismo privado tienen graves problemas e
injusticias pero no serán las recetas del socialismo y el comunismo las que
puedan resolverlo. La demagogia y el populismo, base de esas doctrinas, no
pueden conducir a nada bueno como se ha demostrado montones de veces a lo largo
de la Historia.
La gente debería tomar como referencia a los países más prósperos en el
mundo como camino a seguir y no a los que tomaron dirección equivocada de mano
del socialismo o el comunismo rumbo a la ruina.
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