La germanofobia que se ha desarrollado en algunos países del Eurocaos en 2013 es un chollo político para los partidos de dichos países. Donde más se
ha desarrollado esa fobia a lo germano es en los conocidos como PIGS, o sea, Portugal, Italia, Grecia
y España. Pero también en Francia.
Y digo que es un chollo para la clase política porque ante la incompetencia de los diversos gobiernos
de los PIGS y de los partidos que los sostuvieron, partidos sumidos en la
partitocracia y corruptocracia generalizada, mucha gente echa la culpa a los alemanes
que se resisten a aportar más dinero al bote común.
En una orgía de endeudamiento privado y público, los gobiernos de los
PIGS dejaron que esos países llegaran al borde del abismo. Y cuando en 2008
saltaron las alarmas por el excesivo nivel de endeudamiento y Alemania propuso
que los dispendios públicos se recortaran, fue presentada como la mala de la
película.
El único mensaje continuo de Alemania, difundido por su canciller
Merkel, es que el endeudamiento permanente en el Eurogrupo no podía ser
permanente y que había que reducir la deuda pública a menos del 60% del PIB y
que había que controlar el déficit anual para ello. Los países no pueden
devaluar su moneda a voluntad como hacían anteriormente para empobrecer a todo
un país de forma disimulada. Ello generaba inflación y las deudas se pagaban
con moneda devaluada que producía inflación.
La consecuencia de la difusión de esa fobia a lo alemán, como los malos
de la película, es que un sector de los ciudadanos de los países PIGS y de
Francia han retirado su apoyo a la idea de la Unión Europea. Se ha generado una eurofobia en aumento.
Según un informe de Pew Research de Mayo de 2013, en Francia cayó el
apoyo a la idea de la UE desde un 60% en 2012 al 41% en 2013. Y en España,
desde el 60% pasó al 46% en el mismo periodo.
En Grecia, el apoyo a la UE entre la población en 2013 había caído hasta
el 33%. Fueron los políticos griegos y sus partidos los que llevaron al país a
la ruina, falsificando incluso las cuentas de la deuda pública. Pero la gente
se lanza contra Alemania y otros países de la Eurozona que no quieren prestar
alegremente más dinero para que se siga dilapidando.
Como reacción, surgen sectores de descontento en Alemania que consideran
que no es buena idea haberse asociado con países irresponsables como los PIGS o
la misma Francia, que siempre fue una pega para aumentar la unión política. Así
surgió el partido Alternativa para Alemania, que propone desmantelar la moneda única
o abandonarla unilateralmente y que goza de una simpatía del 25% de los
germanos.
El peligro de la demagogia de los partidos políticos incompetentes y
corruptos que han promovido la germanofobia para ocultar sus responsabilidades
en el desastre es que la abstención en las elecciones europeas se dispare. Ya
de por sí no han sido altos los niveles de participación anteriormente.
Otro peligro es que surjan movimientos populistas y demagogos que
arrastren a grandes sectores de la población, los más ignorantes y emocionales,
hacia posturas extremistas que sólo sirvan para aumentar aún más el follón en
el Enrocaos existente.
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